La escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Mejor tarde que nunca.

Salió corriendo de su casa, llegaba tarde a su cita. No le sirvió de mucho ir rápido, ya que igualmente perdió el autobús. Se empezó a poner nerviosa. '¿Y si no me esperan? ¿Y si se piensan que no quiero verles?'
Pensó que sería una buena idea ponerse un poco de música para relajarse así que sacó su Ipod, ya un poco anticuado porque era de los primeros que sacaron, y empezó a escuchar canciones aleatorias. Mientras esperaba al autobús apareció Marcos, ese chico que tanto la volvía loca. Empezaron a hablar de un poco todo. La contó que había sacado nota suficiente en selectividad para la carrera que quería y que estaba bastante contento, que sus vacaciones las pasaría con sus amigos en un camping en la playa y que tenía todo el verano por delante para disfrutar. Ella tampoco prestó mucha atención a lo que decía, simplemente le miraba y empezaba a imaginarse qué bonito sería si le dijera las cosas a la cara. Esto pasa siempre, que una nunca se atreve a enfrentarse a lo que de verdad siente.
Al rato llegó el autobús, se despidieron con dos besos y ella subió. El viaje se le hizo bastante largo, tenía muchas ganas de llegar y conocerles por fin. La verdad es que sentía como un vació interno desde el día en el que sus 'padres' le dijeron que era adoptada. Ella les quería mucho, muchísimo, y eso no iba a cambiar. Pero también tenía ganas de conocer a sus verdaderos padres, y pedirles explicaciones de por qué hicieron lo que hicieron. 
Estuvo reflexionando bastante, hasta que llegó a su destino. Se bajó del autobús y empezó a andar hasta que llegó a una cafetería, supuso que era allí donde habían quedado así que entró. Se sentó en una mesa con unos silloncitos que le habían encantado. Se pidió un capuccino y estuvo esperando bastante tiempo. Volvió a rayarse, pensando que quizás había llegado tarde o que ni siquiera querían tener la oportunidad de conocer a su hija y por eso la habían dado en adopción. 
Cuando estaba apunto de irse, dos personas aparecieron por la puerta. Ella era bajita, pelo largo y rizado y los ojos verdes. Eran exactamente iguales, excepto en los ojos, que eran de su padre al parecer. Él los tenía marrones, era bastante alto y con el pelo con un tono grisáceo bastante bonito. No sabía qué hacer, le entró como un nudo en la garganta que la impedía hablar. Tenía tantos sentimientos acumulados después de tantos años que no podía ni moverse. 
Ellos al verla también la reconocieron. Se acercaron y la madre empezó a hablar.
-Hola, eres Ariadna ¿Verdad?
Ella no sabía que decir, lo único que se le ocurrió fue abrazarles y empezar a llorar de la emoción. No quería que ese momento se acabara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar un poquito de ti en este pequeño sitio.

'Y que la suerte esté siempre de vuestra parte'

Personitas interesadas por mi mundo ^^