La escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Dame una señal, no me digas que esto es el final.


Ella era una chica alegre, sencilla. Le encantaba vivir la vida de la mejor manera posible, porque sabía por experiencia que cada momento es único y ninguno se puede recuperar. Era feliz con cualquier tontería, se impresionaba demasiado con cosas bastante insignificantes. Le gustaba sacar buenas notas y salir con sus amigos los viernes y sábados por la tarde, como a cualquier otra persona me supongo. Era bastante sociable, aunque un poco tímida al principio, pero al final siempre caía bien a la gente.
Él era un chico bastante cabezota, pero muy buena persona. Le encantaba conocer gente nueva y contar miles de chistes. Tenía una gran afición por leer, se podía tirar horas sentado leyendo novelas de cualquier tipo.
Se conocieron hace bastantes años, la verdad es que fue una especie de amor a primera vista. O incluso, antes de haberse visto, ya sabían que iban a quererse el uno al otro. Suena raro ¿verdad? Sí, pero fue así.
Los primeros meses la verdad es que fueron estupendos, los dos eran felices. Daban paseos por el parque, salían a comer juntos y pasaban mucho tiempo el uno con el otro. Pero de repente, y sin ella saber por qué, él desapareció. Ella se fue con otras personas, que la cuidaban y la trataban como una reina, pero no tenía ninguna noticia de él. Pasó el tiempo, hasta que un día volvió a aparecer. Estaba bastante estropeado y un poco hecho polvo, se notaba en su aspecto, pero siempre con una sonrisa por delante. Dijo que nunca quiso separarse de ella, que simplemente tuvo que hacerlo, pero que hizo todo lo posible por volver. La dijo que casi la pierde para siempre, pero que no podía explicárselo en ese momento porque seguramente no llegaría a entenderlo. Aún era demasiado pronto.
Siguió pasando el tiempo. Días, semanas, meses e incluso años. Seguían juntos y queriéndose igual que el primer día. Él a veces volvía a desaparecer, aunque esta vez no fue por tanto tiempo. A veces se pasaba días sin que ella supiera dónde estaba, o no le cogía el teléfono en toda la tarde. Y por mucho que ella insistía, seguía diciendo que la quería con locura y que por mucho que desapareciera jamás la iba a abandonar. Volvía a repetirle que aún era pronto para que supiera por qué se iba, pero que tenía que confiar en él. Ella, obviamente, confiaba plenamente.
Llevaban unos nueve años juntos, y la verdad es que todo iba viento en popa. Claro, había alguna que otra discusión, algún que otro contratiempo o alguna riña sin importancia. Y siempre lo acababan solucionando, por muy difícil que pareciera. Pero de repente él volvió a desaparecer, volvieron los fantasmas del pasado. Ella ya no sabía qué hacer, necesitaba alguna respuesta. Preguntó a la gente conocida, a su familia, a sus amigos más cercanos. Necesitaba saber por qué se iba de su lado tanto tiempo. Todo el mundo la decía ‘Es pronto para que lo entiendas’ o ‘No es el momento’. ¿La tomaban por tonta? ¿Se pensaban que no se daba cuenta de las cosas? Ella era consciente de que algo pasaba, pero todo el mundo quería mantenerla al margen. 
Hasta que un día se sentaron los dos en el sofá, y él comenzó a hablar. Empezó explicando todo lo que le había pasado los últimos años y por qué se iba tan repentinamente. Ella, con cara asustada y voz angelical contestó.
-Pero, papá ¿Me vas a dejar sola?
+Nunca, te lo prometo. Siempre estaré contigo.-Contestó él.


De algún modo nunca rompió su promesa, porque conmigo va a estar siempre. Feliz Navidad papá, estés donde estés. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar un poquito de ti en este pequeño sitio.

'Y que la suerte esté siempre de vuestra parte'

Personitas interesadas por mi mundo ^^