Unas amigas, una tarde cualquiera entre risas, coca-cola y algún que otro cotilleo. Ya todo esto convertido en rutina de cada tarde de veraneo. Haciendo un poco el loco por las calles del pueblo, saltando y riendo risueñas.
Una parada de autobús, las ocho de la tarde y un padre un tanto protector que manda a una chica para su casa. Hacía mucho, demasiado, calor. Cuatro están sentadas esperando al tardío autobús, el resto refrescándose entre bebidas y flash en la acera de enfrente.
Un coche que sube por la carretera, gira la rotonda y se cruza en nuestro camino. Se sube a la acera, acelera y de repente el tiempo se detiene. El miedo recorre mi cuerpo ¿Qué ha pasado? ¿Estamos bien? ¿Quién era ese cabrón que casi nos atropella en plena calle? ¿Por qué a nosotras?
Unos cristales por los aires que rebolotean alrededor de ellas, unas marquesinas destrozadas y un coche a la fuga. No se oye nada, no se siente nada, simplemente todo se ha paralizado mientras ellas corren alejándose de ese mar de cristales. Toda la gente de alrededores acude a socorrerlas.
Unas ambulancias que llegan en una milésima de segundo. Una pierna herida y un pie dolorido es el mayor de nuestros problemas.
¿Qué hubiese pasado si ese hijo de puta se llega a chocar con ellas? ¿Qué hubiese pasado si en vez de los cristales hubiesen sido aquellas chicas? Con dieciséis años una no se puede permitir el lujo de perderse lo mejor de la vida.
¿Un ángel que nos protegió? Puede. Todo el mundo dice que nuestra suerte fue demasiada por el echo de salir de allí solo con algunos cortes y un esguince.
También es verdad que estas cosas, o te las tomas con humor o no vas a ningún lado ;)
Simplemente quería compartir una experiencia más de este verano, un tanto peculiar. Mi pierna está bien, con algunas heriditas superficiales y sin importancia. Pero se agradece el apoyo que recibí y estoy recibiendo de todo el mundo.
La escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño.
miércoles, 18 de julio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
'Y que la suerte esté siempre de vuestra parte'
-
Me gustaría expresar lo que siento, decírtelo, gritarlo a los cuatro vientos. Pero el miedo me puede, el miedo a que me rechaces y no me vue...
-
Cuándo estoy triste, cuando no puedo ni fingir una puta sonrisa, cuando estoy tirada en la cama sin ganas de incorporarme y seguir adelante....
A lo largo qeu iba leyendo el relato me asusté, pero me alegro de que estés bien :) Un besito cielo, pasate!
ResponderEliminar