SLIMAR.

Son de estas personas con las que una noche entera sin dormir hablando no es suficiente. Somos las chicas más cotillas del mundo, siempre poniendo verde a los demás y desahogándonos porque solo entre nosotras podemos, pero al final siempre nos queda algo por contar. Porque tenemos ese círculo de confianza desde hace 13 años que eso es difícil de romper. Aunque no nos veamos todos los días, aunque los caminos se vayan distanciando, cada tarde que quedamos es única. Nos cuidamos unas a otras, en los peores momentos estamos ahí, todas, apoyando y riendo, intentando sacar una sonrisa por muy difícil que parezca. Somos como una piña, como hermanas.
Siempre, como un puto equipo de remo.